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10 de diciembre de 2012
Opinión: Curso de Educadora de Masaje Infantil
¡Por fin! Después de postponerlo casi dos años, y antes de finalizar el 2012, he podido realizar el curso de Educadora de Masaje Infantil, con el que sigo completando mi formación (suma y sigue). Impartido por la formadora y educadora de Masaje Infantil de la IAIM (Asociación Internacional de Masaje Infantil) Ana Fernández, en el Centro de Psicomotricidad y Formación Psicopraxis de Madrid, del 6 al 9 de Diciembre.
Han sido cuatro días muy intensos, que han dado lugar a lo que personalmente considero el inicio de un nuevo aprendizaje (orientación, camino, adquisición, en definitiva, una nueva herramienta para mi trabajo) como lo es el masaje infantil (MI).
Los contenidos son amplios y giran en torno al vínculo afectivo que se establece entre el bebé y los papás (madre, padre) o cuidadores. Voy a enfocar este post, una vez más, a mi visión particular. Los temas son desarrollados cuidadosamente y, a medida que avanza el curso, eres consciente de que todos y cada uno de ellos son necesarios (en ocasiones pecamos de querer reducir el contenido por considerarlo muy obvio, sin embargo, es preciso presentarlo, porque de otra manera no lo tendríamos en cuenta). Entre muchos otros, tenemos:
Historia del Masaje Infantil y de la IAIM.
Enseñanza de los movimientos del MI.
Beneficios del MI en el bebé, en los padres, familias, y sociedad en general.
Vínculo y apego.
Combinado con prácticas grupales, técnicas de comunicación y práctica de tres días con padres y bebés.
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Lo que más me ha gustado… poner en práctica lo aprendido in vivo con las familias, la gratificante satisfacción de ver como con el masaje fluye la comunicación a través del lenguaje corporal, del contacto visual, las sonrisas, el balbuceo e incluso el quejido y el llanto; a la par que se fomenta y se estimula mediante el tacto el desarrollo fisiológico, psicológico y emocional del bebé. Si a todo esto le añadimos juego (canciones, cuentos o juegos táctiles), es una herramienta de comunicación con nuestros bebés, convertida en un momento de disfrute y relación indispensable (esa nutrición emocional de la que se hablaba cada poco).
A destacar, el ambiente de confianza que se ha creado en el grupo, cada uno de nosotros con las experiencias propias de las diferentes ramas profesionales (que mucho o nada teníamos que ver con el masaje infantil, pero al fin y al cabo con las mismas ganas de hacerlo) que han aportado mucha más riqueza y debate en diversas ocasiones.
Me llevo tareas para casa (puesto que es necesario apuntar que el curso requiere de evaluaciones y trabajo teórico y práctico a desarrollar durante un tiempo), un fuerte aprendizaje (sobre el MI y las diferentes perspectivas, incluida la mía propia) y muchos contactos. Ha sido una verdadera suerte contar con unos compañeros tan participativos y agradables, labor de Ana, la formadora (función que desempeña con mucho éxito), ha sido ayudar con las diferentes dinámicas a crear el clima tan positivo que se ha respirado desde el principio y hasta el último día (rompehielos que me han encantado y dinámicas muy útiles en trabajo en grupos. La mejor dentro de la temática del masaje, el momento del masaje en parejas, donde tengo que señalar que he sido una afortunada, ya que me ha tocado el fisioterapeuta, y otra cosa no, pero Roberto cuando toca, toca). Gracias a todos mis compañeros, futuros educadores de masaje infantil, por seguir aportándome conocimiento y ganas de continuar aprendiendo (y enseñando).
A todo aquel que le interese el tema, os animo a visitar la página web de la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI).
Sonrisas Terapéuticas y abrazos que también son necesarios. |
Con mi compi y amigo (y fisioterapeuta) Roberto,
con
nuestros muñecos de demostración de masaje. Isita y Robert-Tito :
Durante la actividad en grupos reducidos.
Curso de Educadora en Masaje Infantil.
Foto grupal del Curso de Educadora de Masaje Infantil con la
formadora Ana Fernández
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